Dulzura de una tarde de otoño, apacible y envolvente… Vuelta a pie desde la ciudad con una amplia sonrisa. Primero, la avenida y la masa densa de gente, luego, los coches retenidos por un tráfico colapsado… Y el bosque, calmo y apacible…
La vida es una gran farsa que no hay que tomarse en serio.