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No podemos vivir plenamente si no es en paz con la muerte. Esta es una evidencia que ha resonado en mí desde siempre, a pesar de estar en total contradicción con los valores y fundamentos de nuestro mundo moderno, que ha sido edificado sobre la negación de la mortalidad. Una sociedad incapaz de avanzar serenamente… Seguir leyendo Vivir plenamente, en paz con la muerte

La apertura, hoy, 7 de junio, de la Eurocopa 2008 suscita en mí una gran reflexión. Me recuerda, en primer lugar, la profunda aversión que siento hacia todo lo concerniente a los deportes de equipo, en los que dos grupos se enfrentan bajo los gritos fanáticos de una horda de hinchas empachados de odio y… Seguir leyendo Sobre las competiciones deportivas

La perfección en sí lo habita todo: cada cosa y cada ser viviente de este mundo. Por mi parte, intento percibir en mi vida cotidiana el sentido de todo lo que me rodea, asumiendo que incluso lo más aparentemente absurdo,

Cuanto más avanzo en la vida, más anida la palabra simplicidad en mis actos cotidianos y en mis enseñanzas. La simplicidad siempre ha sido la clave de mis desafíos. Por falta de espacio o por impedimentos técnicos, a menudo he tenido que buscar la eficacia en la sobriedad,

¿De dónde viene ese impulso, esa necesidad imperiosa de mentir? ¿Es posible y fácil no recurrir a la mentira? ¿Qué nos aporta la mentira? Cuando la evocamos, casi siempre lo hacemos en referencia a otros.

Hoy tengo ganas de volver sobre el tema recurrente del amor, que en su origen es incondicional. Este nos alimenta, como la luz blanca traspasa el prisma para descomponerse en la paleta de colores de lo visible. Del mismo modo, el amor descompuesto por nuestra mente aparece como fragmentado, y perdemos su esencia.

Tan lejos como puedo remontarme en el tiempo, recuerdo haberme sentido siempre diferente. Ya muy pronto, el medio escolar me calificó educadamente de original. ¡Qué cumplido para mí!

No hay día que no sobrevuele, en Facebook o en otro sitio, una foto ensangrentada que condena rabiosamente la barbarie de las corridas.

Humor e inteligencia El humor siempre ha sido para mí una forma de transformar lo ridículo en diversión, cuando en mi vida cotidiana la oportunidad se me presenta. El ser humano es sin duda el único organismo vivo conocido que tiene la capacidad de reír. El humor implica conciencia.

La competición responde a la necesidad de ser reconocido, de demostrar las propias capacidades, la propia superioridad. La necesidad de competir es una forma de compensar la falta de confianza en uno mismo. Cuando comprendemos los verdaderos valores de la competición, esta deja de despertar interés.

La formulación de todas nuestras intenciones repercute en lo que la vida nos lleva a conocer. Muchas personas militan contra una idea, luchan contra una enfermedad, o combaten al que identifican como enemigo.